17/3/10

De sapos y brujas malas.


Baile de disfraces. Parejas bailando al son de un vals. Jóvenes danzando de aquí para allá ocultando su identidad bajo una infinidad de personajes fantásticos. Hadas, demonios y brujas ríen, saltan, gritan y besan. El cóctel de hormonas está servido. Más que palabras habrá esa noche, más que alcohol; más que puro sexo.

Lamentos de mujer se escuchan de la nada. El vil reptil de los celos se ha enroscado en su cuello estrangulándola y siseándole al oído millones de confesiones envenenadas. Ella y sus celos. Ella y el ácido correoso en sus entrañas. Desea torturar, degollar y arrancar a tiras la piel de esa zorra que osa acariciar y abrazar al caballero de mirada impenetrable. Ella no necesita su antifaz; la máscara de frialdad de su rostro la ha convertido en una femme fatale de la peor calaña. En otra joven mucho más cruel y despiadada. Le odia a él; la odia a ella.

Llega el turno de bailar con el príncipe hecho sapo. El ardor vuelve a asestarla sin piedad cuando una mano de hombre descansa finalmente en su espalda. Siente la leve presión de unos dedos finos sobre la piel y el compás de un corazón palpitando contra su pecho. Y ella lo sabe entonces. Descubre que huir de él será siempre un imposible pero el rencor la devora viva, igual que el fuego consume al papel y desea ser fuerte por una vez, abofetearle y alejarlo de ella pero no puede. Nunca será capaz. Jamás. Jamás. Jamás.

- ¿Cómo te sientes al bailar con un cretino? -, pregunta el anfibio verde con una sonrisa sarcástica y a la vez demasiado atractiva.
- Supongo que igual que tú al bailar con esa arpía. ¿Te has enamorado? Nunca creí que fueses de esa clase de hombres -, responde la bruja perversa con un sin fin de malas pulgas.
- No se trata de amor, querida.
- Entonces es sólo sexo. Genial.
La bruja siente unas ganas terribles de convertir al sapo en papilla. Papilla que vertería fácilmente por el retrete y haría desaparecer en el momento en que su mano tocase la cisterna. Adiós para siempre maldito, le diría cuando se esfumara entre sucias tuberías. La basura debe estar con la basura. Y ella sería feliz, muy feliz, sin él.
- Te equivocas. Sólo se trata de ti.
Y el sapo vuelve a transformase en príncipe y la bruja, a pesar de su asombro, en princesa.

10 comentarios:

  1. Me ha encantado!!
    Ademas vi el otro dia el cappitulo de GG del baile de mascaras! ^^
    Un besoo

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  2. ¡Malditos celos! Siempre nos hacen pensar lo que no es.

    :)

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  3. Todos los hombres tienen algo de sapos al igual que todas las mujeres son medio brujas medio princesas, quizás más lo primero que lo segundo... qué mujer no es capaz de verlas venir...

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  4. Es que las princesas son las más brujas!
    Me ha gustado mucho =)

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  5. Los celos son los verdaderos sapos. :)

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  6. A mí no me gusta eso de odiarse y desearse si se pasa el tiempo hablando. ¡Hay que emplear los minutos en cosas más provechosas!

    Beso :)

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  7. no me gustan las princesas. me saben raro.
    (te dejo
    un colacao
    y un bollo)

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  8. Caca el avión. Te lo juro, cero miedos ya! Tu ve tranquila, que acojona si vas cagada pero despegas y dices "pues vaya tonteria".

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  9. Primero y principal quiero saber la clase de inspiración que tienes. Porque realmente, es muuy hermosa, a la vista y a la mente.
    Una fiesta de disfraces está lleno de amor, de locura, de celos y envidia.
    La bruja es muy complicada por lo que leo, pero al convertirse en princesa no puede hacer más nada.
    No sé como haces, pero me dejas llevar por el texto, simplemente un encanto =)!
    Un beso Afinidades =)

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  10. Hola, me alegro haber pasado por aqui, porque me ha encantado tu blog, estaré pendiente cuando publiques más y más.... Pasate por mi blog, te espero por allí, un besote desde Salamanca (España)

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